Friday, December 05, 2008

Los Nobel de ciencia del 2008

Estudios sobre las proteínas fluorescentes, el virus del papiloma humano y las partículas subatómicas fueron los galardonados este año

Por Tomás Unger

Este año la Academia Sueca otorgó los premios Nobel de ciencias a tres grupos de investigadores. Tanto en química como en física y medicina fueron tres los galardonados que se repartirán 1,4 millones de dólares, el de química en partes iguales. Los premios de medicina y física son la mitad para uno de los investigadores, y una cuarta parte para los otros dos.

DE LA MALAGUA AL CONEJO

Los ganadores del Nobel de Química fueron Osamu Shimomura, de 80 años, profesor jubilado de la Universidad de Boston; Martín Chalfie, 61 años, biólogo de la Universidad de Columbia; y Roger Y. Tsien, de 56 años, farmacólogo de la Universidad de California. En 1962 Shimomura, impresionado por la fosforescencia de una malagua de la costa del Pacífico de Norteamérica, logró aislar la proteína luminiscente. Al exponerla a la luz solar tenía luminiscencia verdosa, verde bajo la luz ultravioleta y amarilla bajo la luz incandescente. Shimomura descubrió que consta de 238 aminoácidos enrollados en forma cilíndrica, la describió y la bautizó GFP (proteína verde fluorescente).

Veintiséis años más tarde, el doctor Chalfie decidió usar la proteína GFP como un marcador en sus estudios de un gusano transparente. Al iluminar la proteína podría detectar cuando los genes actúan para producirla. Chalfie logró introducir el gen de la proteína GPF en la bacteria 'Escherichia coli' y luego en el gusano. Al iluminarlos con luz ultravioleta pudo detectar el desplazamiento de la proteína por su fluorescencia verde.

El doctor Tsien estaba dedicado a una actividad similar, pero necesitaba más colores para diferenciar proteínas. Esto lo logró mutando el gen que produce GFP y haciendo que brille en azul en lugar de verde; otra mutación ha obtenido fluorescencia roja. Actualmente, con la diversidad de colores es posible seguir simultáneamente varias actividades dentro del mismo organismo. El descubrimiento de Shimomura y los logros de Chalfie y Tsien, además de merecer el Nobel, han permitido a un laboratorio producir un conejo que emite luz de color verde.

El SIDA Y EL PAPILOMA
La mitad del premio Nobel de Medicina es para el doctor Harald zur Hausen, de 72 años, de la Universidad de Heidelberg. Zur Hausen es el descubridor del virus del papiloma humano (VPH) y postuló la tesis de que este produce el cáncer cervical de las mujeres, el que causa más muertes después del cáncer de mama. Validada la tesis postulada por Zur Hausen, se logró una vacuna contra el cáncer cervical.

La otra mitad del premio se dividirá entre los virólogos franceses Luc Montaigner, de 66 años, y Francois Barré-Sinoussi, de 61 años, ambos del Instituto Pasteur de París. Los investigadores franceses publicaron en 1983 un informe que identificaba un nuevo virus: el VIH (virus de la inmunodeficiencia humana), causante del sida. El trascendental descubrimiento permitió crear un sistema para identificar la sangre contaminada y eventualmente desarrollar medicinas que prolongan la vida de las víctimas del sida.

Desde que fue descubierto el virus, hace más de 25 años, el sida ha matado a más de 25 millones de personas y se calcula en más de 33 millones el número de portadores del virus. Esto ha convertido al sida en una de las peores epidemias en la historia de la humanidad, pero, gracias al descubrimiento del VIH, la enfermedad es también identificada y enfrentada en más corto tiempo.

El premio otorgado a los médicos franceses por el VIH es uno de los que mayor investigación ha requerido por parte de la Academia Sueca. Esto se debe a que, en su momento, hubo un conflicto con el investigador norteamericano Robert Gallo, quien se atribuyó el descubrimiento del virus. La polémica requirió la intervención de los presidentes de EE.UU. y Francia para no convertirse en un tema político. Finalmente, una larga investigación estableció la prioridad de Montaigner, hoy confirmada por el prestigioso premio, y concluyó un conflicto que adquirió proporciones inusuales.

SIMETRÍA Y ANTIMATERIA
La mitad del Premio Nobel de Física es para Yoichiro Nambu, de 87 años, del Instituto Enrico Fermi de la Universidad de Chicago. La otra mitad se reparte entre Makoto Kobayashi, de 64 años, del Centro de Investigación de Tsukuba, y Toshihide Maskawa, de 68 años, de la Universidad de Kioto. El doctor Nambu, cuando estudiaba la superconductividad, llegó a la conclusión de que en ciertos casos no se cumple la ley de la simetría, una de las que gobiernan el comportamiento de las partículas subatómicas.

El planteamiento de Nambu abrió una nueva era en la física de partículas subatómicas. El principio del incumplimiento de la simetría es el que eventualmente ha dado lugar a los experimentos que se llevarán a cabo en el Gran Colisionador de Partículas o LHC (ver esta página de fecha 23 de setiembre del 2008).

Los postulados del doctor Nambu explican cómo se mantienen unidos los protones en el núcleo de los átomos y por qué existe una variedad de átomos. De otro modo solo habría hidrógeno, con un solo protón en el núcleo. La ruptura de simetría también explica por qué no hay antimateria, solo materia.

Los doctores Kobayashi y Maskawa postularon en 1972 que hay tres familias de las partículas elementales llamadas quarks. Su trabajo permitió continuar los descubrimientos sobre partículas subatómicas que le valieron en 1964 el Premio Nobel a los físicos norteamericanos J.W. Cronin y V. L. Fitch, y entre 1974 y 1994, cumpliendo con la predicción de Kobayashi y Maskawa, fueron descubiertos los quarks faltantes. Para Shimomura y Nambu pasaron más de 30 años hasta la confirmación de sus postulados y más de 40 para el Nobel. Demoró pero llegó.

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