Friday, April 28, 2006

La crisis energética y Chernobyl


Hoy, a las 5:23 de la tarde en Lima, será la 1:23 de la madrugada del 26 de abril en Ucrania. A esa hora se cumplirán exactamente 20 años de la mayor tragedia nuclear registrada, la explosión del reactor número cuatro de Chernobyl. El tiempo transcurrido nos da una mejor perspectiva de lo que sucedió entonces y sus consecuencias. Durante los veinte años transcurridos desde ese día de abril, se ha dado grandes cambios en el panorama mundial.
El Gobierno autoritario de la Unión Soviética, que trató de minimizar el accidente, ya no existe. El mundo ha tomado conciencia del efecto de las emisiones de la combustión de hidrocarburos y el calentamiento global. La crisis del Medio Oriente ha llevado el petróleo a más de 60 dólares por barril. Este nuevo panorama está cambiando las actitudes con respecto a la energía nuclear, lo cual incluye una revisión de las consecuencias de Chernobyl y sus lecciones.

IA CAUSA
Hoy, con acceso a los documentos de la antigua Unión Soviética, se ha confirmado las deficiencias intrínsecas en el diseño del reactor de Chernobyl. Además de presentar un problema de control, a diferencia de los reactores occidentales contenidos en gruesas y pesadas cáscaras de acero y concreto, el de Chernobyl tenía un techo liviano. Cuando una serie de errores cometidos durante una inspección de rutina iniciaron la reacción en cadena, los sistemas de control no pudieron detenerla. El agua, que debió haberlo enfriado, hirvió y el reactor voló esparciendo una nube de material radioactivo. La explosión del reactor de Chernobyl liberó 400 veces más radioactividad que la bomba de Hiroshima. Los principales materiales radioactivos, los livianos que pueden ser transportados por el viento, fueron el Yodo131 y e lCesiol37.
La explosión liberó también Plutonio y Estroncio que, por ser pesados, no fueron llevados por la nube que alcanzó 1.200 metros de altura. Por suerte, los vientos al momento de la explosión soplaban al norte noroeste, dirección contraria a Pripyat, ciudad de 50 mil habitantes, a 3 kilómetros de la planta, donde vivía la mayor parte del personal.
LOS EFECTOS
La explosión mató de inmediato a dos obreros, pero pocos días después 22 obreros más y 6 bomberos murieron víctimas de la radiación. De inmediato se comenzó a tomar medidas para limitar el daño. Mineros cavaron un túnel bajo la planta para inyectar nitrógeno líquido en un intento de enfriar el combustible nuclear.
Mientras tanto, desde el aire, helicópteros lanzaron 5.000 toneladas de arena y plomo en un intento de apagar las llamas. Eventualmente se llegó a cubrir el reactor en lo que se llama el sarcófago, considerado insuficiente a largo plazo.
Este año - a un costo de 800 millones de dólares comenzará la construcción de una estructura corrediza tipo hangar de 250 metros de ancho y 100 metros de alto, que deberá cubrir el sarcófago. Debido a la radiación, el
hangar deberá construirse fuera del reactor y un mecanismo lo deslizará hasta cubrirlo.
Con esto se espera evitar cualquier sorpresa futura de la masa radioactiva que ha quedado en el lugar del desastre. La nube radioactiva que se esparció tras la explosión alcanzó una amplia región de Ucrania, Bielorrusia, Rusia y llegó hasta los países escandinavos. Después de 20 años se ha podido evaluar sus consecuencias sobre la salud y el medio ambiente. Aparte de aquellos que se expusieron directamente a la radiación, entre los cuales estan los 3.400 heroicos hombres que tomaron parte en las operaciones de recubrimiento y control, una parte de la población quedó expuesta a la radiación. De estas 3.400 personas, se calcula que 230 han muerto a causa de Chernobyl, ya sea por leucemia, otro tipo de cáncer o fallas cardíacas causadas por la angustia, siendo imposible en muchos casos separar las causas directas de las indirectas.
El peor efecto ha sido el de cáncer de tiroides en los niños. El yodo es absorbido por la glándula tiroides, pero en mayor cantidad por los niños debido a su mayor nivel de actividad. A pesar de que una de las primeras medidas que tomaron las autoridades fue distribuir pastillas de yodo a los niños (para bloquear la absorción de yodo radioactivo), son muchos los que fueron afectados por cáncer a la tiroides. En total, se calcula que el número de muertes atribuibles directamente a Chernobyl llegará a 4.000, cifra menor que la proyectada hace
diez años. El número de muertes por causas indirectas, que van desde el alcoholismo hasta el suicidio, causados por el trauma, es más difícil de calcular. Otra consecuencia de la explosión del reactor de Chernobyl es la radiación que afectó al campo.
Entre los elementos radioactivos esparcidos por la explosión, el Cesio37 y el Estroncio 90 fueron a dar a la tierra de cul tivo, de donde pueden pasar a los alimentos.
Las autoridades rusas han alterado los cultivos y están usando fertilizantes especiales para combatir el efecto de la radioactividad. Para limitar la absorción de Cesio se usa fertilizantes de Potasio y para limitar la de Estroncio se usa cal. En algunas tierras los cultivos han tenido que limitarse a papas, pero otros cultivos son viables de acuerdo a la naturaleza del terreno. La zona más contaminada ha quedado descartada para el cultivo y se ha convertido en un bosque, algunos de cuyos árboles muestran los efectos de la radiación asumiendo formas y colores extraños.

EL FUTURO
La tragedia de Chemobyl tuvo un alcance mucho mayor que su nube radioactiva. A pesar del susto por el accidente de Three Mile Island, ocurrido en 1979, el número de plantas nucleares iba en aumento en el mundo hasta el accidente de Chernobyl. El total de plantas nucleares alcanzó poco después 400 unidades y se
ha mantenido en ese orden hasta hoy. La reacción mundial fue aprovechada por los opositores de la energía nuclear y la falta de información contribuyó a crear un ambiente de rechazo.
Hoy, pasados 20 años, la actitud está cambiando. Por un lado es claro que Chernobyl fue un reactor defectuoso desde su inicio e ineficientemente operado. Por otra parte, Asia, Europa y América, con más de 120 plantas nucleares cada una, operan sin incidentes. Otras 70 plantas trabajan en Europa Oriental. Francia produce el 78% de su electricidad con plantas nucleares y países con gran déficit de energía, como China e India, tienen prevista la construcción de decenas de plantas nucleares.
Un factor decisivo es la alternativa. Las emisiones de C02 por producción de energía eléctrica suman 9.900 millones de toneladas al año y la proyección para el año 2030 es de casi 17.000 millones. La razón es sencilla: el carbón y el petróleo producen entre 250 y 350 gramos de carbono por kW/hora, mientras que las plantas nucleares producen menos de un gramo. Reemplazar el petróleo en el transporte es más difícil, y en algún lado hay que empezar.
Las plantas nucleares modernas pueden producir hidrógeno, que sería el combustible del futuro para los autos eléctricos, además de la energía eléctrica para recargarlos directamente. Hoy, siendo el calentamiento global y el cambio climático una realidad comprobada, con el petróleo a 60 dólares el barril y China e India en plena expansión industrial, no quedan muchas alternativas.

TOMÁS UNGER

Thursday, April 27, 2006

El libro no pasó de moda

Desde 1996, el Día Mundial del Libro y el Derecho de Autor convoca cada 23 de abril de varios millones de personas, en más de un centenar de países.
Se han glosado abundantemente las múltiples funciones, esencialmente todas ellas, que el libro desempeña en la urdimbre educativa, cultural y económica de nuestras sociedades. Numerosos autores han señalado la índole dual de los productos editoriales, que son a un tiempo mercancías y obras del intelecto, artículos industriales y fragmentos del patrimonio inmaterial de la humanidad, protegidos por el derecho de autor en el ámbito moral y económico. También se ha dicho que el libro es el motor de una vasta cadena de actividades y profesiones, fuente directa o indirecta de ingresos, y que es un componente industrial importante del desarrollo económico, social y cultural de todos los países.
Pero hay otra dimensión del libro, complementaria de las anteriores, que hoy adquiere más acusado relieve: la dimensión linguística de la actividad editorial.
Porque el libro es también una herramienta de expresión que vive gracias a la lengua y en ella. Cada obra que se publica ha sido escrita en un idioma determinado, que el autor ha escogido a partir de criterios complejos, y está dirigida a un público lector cuyas competencias linguísticas se hallan claramente definidas, de modo que un libro se escribe, se produce, se intercambia, se utiliza y se estima en un ámbito linguístico específico.
En un momento como el actual, en que la problemática de las lenguas parece adquirir una importancia cada vez mayor, resulta más esencial que nunca la reflexión sobre el libro en su calidad de agente de vitalidad y de reconocimiento linguístico.
¿Acaso los idiomas que se emplea en el sector editorial reflejan la diversidad linguística del mundo?
¿Qué función podría desempeñar la industria de la publicación en facilitar el acceso a una educación de calidad para todos, adaptada también desde el punto de vista linguístico a las necesidades de los alumnos?
¿Cómo puede propiciarse, trascendiendo las barreras linguísticas, el intercambio de libros y de contenidos editoriales entre los países, en particular mediante la traducción?
También es un día emblemático para el derecho de autor, en momentos en que la proliferación de los debates al respecto pone de manifiesto la necesidad de preservarlo y de promoverlo, tanto en interés de los creadores como del público. Esta dimensión no constituye un asunto aparte, sino que es otro aspecto de la misma dinámica al servicio de la diversidad cultural y linguística.
Koichiro Matsuura
Director General de la Unesco