Wednesday, November 15, 2006

El camnio climático y las especies

por TOMÁS UNGER


A partir del reconocimiento del registro fósil como tal, en el siglo XVIII, nuestro conocimiento sobre la vida en el planeta tomó un nuevo rumbo. Un siglo más tarde, a partir de Darwín, descubrimos que las especies evolucionan, unas se extinguen mientras aparecen otras. Los cambios en el medio ambiente crean nuevas condiciones y la habilidad para adaptarse a ellas determina la supervivencia de la especie. Cuando los cambios son bruscos, hay extinciones masivas, pues no dan tiempo para la adaptación.
Dentro de los muchos medios que han desarrollado diversas especies para adaptarse y sobrevivir están las migraciones. Aquí hay que distinguir entre las migraciones exploratorias, con las que las especies extienden o tratan de extender su hábitat, y las migraciones cíclicas. A las primeras se les llama dispersión y se llevan a cabo constantemente, generalmente por miembros menos privilegiados que buscan establecerse donde es menor la competencia. En las plantas las dispersiones son pasivas, pues dependen de elementos externos. Para dispersar sus esporas, semillas o frutos, las plantas necesitan del viento, agua, o animales.
De manera similar a los refugiados senegaleses que llegan en sus botes a las Islas Canarias en busca de una vida mejor, desde las plantas hasta los grandes mamíferos tratan de extender su territorio a donde encuentran condiciones de vida adecuadas. Este es un proceso permanente, que generalmente está limitado por las condiciones físicas: las plantas no prosperan donde no hay tierra adecuada o agua y los animales no van donde no hay plantas para comer. A su vez, aquellos animales que comen a los herbívoros tampoco tendrán interés en ese territorio.
ÉXITOS Y FRACASOS
A través del registro fósil y del histórico hemos observado éxitos y fracasos. Abundan ejemplos de especies que se han encontrado repentinamente con un predador de grandes recursos, el hombre, que los ha exterminado. El búfalo americano casi sigue el destino del dodo, un ave de las islas del Índico, extinguido por el hombre. Antes de que apareciéramos como grandes predadores, fueron otros los agentes de las extinciones. Hace 65 millones de años, al parecer, un cometa que impacto la Tierra fue el que acabó con los dinosaurios.
Anteriormente hubo otras grandes extinciones y entre ellas constantemente se han extinguido especies para dar lugar a otras. Por breve tiempo existieron animales que hoy nos parecen extraños, como armadillos del tamaño de un toro y caballos del tamaño de un perro, tigres con dientes de medio metro y aves con garras en las alas, por mencionar solo algunos. Todos tuvieron su momento y, por razones que en la mayoría de los casos desconocemos, desaparecieron para ser reemplazados por otros más adecuados a las condiciones vigentes.
Los más exitosos pertenecen a los artrópodos. La cucaracha, la hormiga (insectos) y la araña (arácnido) son artrópodos y algunas especies tienen 300 millones de años. Entre los vertebrados, la tortuga y el cocodrilo-con sus primos, el caimán y el gavial- son contemporáneos de los dinosaurios. En el mar, además de corales, esponjas y moluscos, el tiburón es un pez antiguo, a diferencia de otros nadadores más hábiles, como el delfín y la orea, mamíferos
que entraron al mar hace relativamente poco.
Entre las estrategias de supervivencia que desarrollaron diversas especies, una de las más admirables es la migración. Al acentuarse la diferencia climática entre las estaciones, la vida desarrolló ciclos para adecuarse al cambio. Las plantas en las zonas de climas extremos producen sus frutas y semillas en la época de calor, para luego enterrarlas y esperar que pase el invierno para empezar de nuevo el ciclo.
Los animales acumulan comida y grasa durante la época de calor y de abundancia y se reproducen en un ciclo que permite reducir la alimentación y ahorrar energía durante el invierno.
El cambio de estaciones ha dudo lugar a diversas adaptaciones. A un extremo están los que se pasan el invierno durmiendo, mientras que otros han desarrollado pelaje blanco para cazar en la nieve. Una solución más drástica, de los que tienen recursos para hacerlo, es cambiar de clima. Este es el caso de muchas aves y especies marinas que recorren grandes distancias en busca del clima propicio. La migración, de acuerdo con la distancia, presenta diversos problemas que la evolución ha ido enfrentando con recursos asombrosos. Una característica de las migraciones es que se producen cíclicamente, en el mismo período del año y por las mismas rutas.

LOS VIAJEROS
La lista de animales que migran con las estaciones es larga y abarca desde insectos hasta ballenas. Entre todas las especies que pueden volar, nadar o caminar largos trechos, hay aquellas que migran. Las migraciones obedecen casi siempre a cambios climáticos que coinciden con la abundancia de alimento o con condiciones propicias para la reproducción. Desde las mariposas mexicanas que cruzan EE.UU. en verano, pasando por las diversas clases de aves y tortugas, hasta las ballenas viajan grandes distancias para reproducirse en el lugar más conveniente, el que abandonan cuando el clima no es propicio.
Son miles los ejemplos, pero aquí cabe mencionar al campeón absoluto de las migraciones, el llamado sarapito ('limosa lappónica'), una especie de gaviota de pico y patas muy largas de unos 44 centímetros de largo, con una envergadura de ala de hasta 82 centímetros y un peso de 350 gramos. Esta ave viaja entre Alaska y Nueva Zelanda 11.000 km, cruzando el Océano Pacífico. Para hacerlo, al partir, el 55% de su peso consiste en grasa almacenada como combustible. El viaje de regreso lo hace por etapas. Una variante de esta especie viaja del noroeste de Asia a Tierra del Fuego, pero todavía no se sabe si se detiene en el camino, cuántas veces o dónde. La tortuga Laúd ('Dermochellys coriacea') del Caribe es otra gran viajera, de gran tamaño -mide hasta 2,70 metros y pesa 900 kg-, recorre el Caribe, llega hasta el noreste de EE.UU. en el verano y regresa a las costas de Sudamérica o África cuando empieza el invierno del hemisferio norte. Son muchos los sistemas por los que se guían los animales migratorios, pero en el caso de la tortuga, uno de los factores es la temperatura del mar.
NUEVOS PELIGROS
Hemos dado algunos ejemplos de animales migratorios que ilustran su modo de vida y su dependencia de las estaciones. Por ello, el cambio climático que está ocurriendo representa una seria amenaza para diversas especies, aun cuando el hombre no intervenga directamente alterando su hábitat o interfiriendo con su alimento. Este es el caso de ciertas aves y de la tortuga Laúd, entre otros. Al subir la temperatura y adelantarse el verano en el hemisferio norte, algunas aves llegan con su itinerario normal para encontrarse que las orugas de mariposa, su principal alimento, ya no están, porque han iniciado más temprano su mutación debido al calentamiento global.
El cambio en las temperaturas del mar, también debido al calentamiento global, está desorientando a las tortugas Laúd. Animales de sangre fría, extremadamente sensibles a los cambios de temperatura, las tortugas siguen al agua más caliente. Ahora, los mismos cambios de temperaturas en el Caribe que han intensificado los huracanes las desorientan. Como consecuencia se ha encontrado tortugas Laúd en lugares donde normalmente no llegan, y las condiciones no son favorables para el desove. Lo más probable es que sí logran regresar, encontrarán que sus huevos han sido víctimas de predadores. Este es solo un ejemplo de los muchos efectos del calentamiento global detectados por los biólogos. Próximamente describiremos los ingeniosos sistemas que se han diseñado para estudiar las migraciones de diversos animales y tratar de impedir su extinción.

La fuga de cerebros como una fortaleza

por Modesto Montoya
Físico nuclear


¡Cómo ha cambiado la manera de ver la emigración! Hace algunas décadas, muchos veían como una debilidad el éxodo de los peruanos; sin embargo, hoy es visto como una fortaleza. El presidente García, en la clausura del Decimosexto Congreso de la Confiep, resaltó la importancia de la enseñanza del inglés. Mencionó que en EE.UU. se encontró con un grupo de peruanos que hablaba inglés y otro que tenía dificultades con ese idioma. El primero era exitoso y enviaba cantidades significativas de dólares al Perú, mientras que el otro tenía bajos ingresos. En realidad, además de la transferencia de dólares, se ha estableado una transferencia de conocimiento científico y tecnológico realizado por peruanos que se formaron en el Perú y, por su conocimiento de idiomas, siguieron estudios de posgrado en EE.UU. u otros países desarrollados.
En tiempos pasados, los expertos enviados por organismos de cooperación internacional para asesorar en los proyectos científicos y tecnológicos eran los extranjeros; ahora también vienen peruanos residentes en el exterior. Gracias al idioma y a la mejor comprensión de la naturaleza de los problemas que los proyectos deben resolver, la cooperación se hace más eficiente. Por ejemplo, recientemente, para asesorar al IPEN en los usos del reactor nuclear de Huarangal, el Organismo Internacional de Energía Atómica envió a Jaime Fernández Baca, físico egresado de la UNI, ex investigador de ese instituto y actual investigador del prestigioso Oak Ridge Nacional Laboratory.
Otro indicador es el crecimiento de redes internacionales relacionadas con el Perú. Uno de los medios de coordinación de esfuerzos para usar el potencial científico peruano es la Red Internacional de Ciencia y Tecnología para el Perú, para cuyo lanzamiento vinieron a Lima Carlos Bustamante, de la Universidad California; Fernando Ponce, de la Universidad Estatal de Arizona; y Miguel Levy, de la Universidad Tecnológica de Michigan. La red promueve la colaboración en torno a proyectos prioritarios para el Perú, uno de cuyos mayores medios de coordinación es el Encuentro Científico Internacional, que cada año reúne a los científicos peruanos que vienen del mundo entero.
Entre las manifestaciones académicas más interesantes realizadas por científicos peruanos, investigadores de las instituciones más prestigiosas del mundo, está el homenaje académico al doctor Alberto Cazorla, dos veces rector de la Universidad Peruana Cayetano Heredia, organizado por sus ex alumnos. Fue un invalorable regalo para el homenajeado y una valiosa muestra de transferencia científica y tecnológica. Guillermo Romero, de la Universidad de Pittsburgh, expuso sobre señales celulares; Antonio Tsuneshige, de la Universidad Hosei (Japón), se refirió al papel del agua como solvente en la función de las proteínas; Carlos Bustamante, de la Universidad de California, Berkeley, explicó sus últimos descubrimientos sobre los cromosomas; Luis Parodi, de Pfizer Inc., describió el estado actual de la medicina personalizada; Tom Kirchhausen, de la Universidad de Harvard, describió cómo funciona el control del área celular durante la mitosis; Pilar Aguinaga, de la Universidad de Meharry, tuvo a su cargo la charla sobre hemoglobinopatias en recién nacidos; Javier Navarro, de la Universidad de Galveston, trató sobre los mecanismos moleculares de comunicación celular. Cada uno de los mencionados científicos es líder en su campo y, en diversas formas, está participando en el programa de propulsión científica en el Perú.
EE.UU.es el mayor beneficiado de la migración de científicos en el mundo. Aproximadamente el 80% de investigadores jóvenes de los laboratorios estadounidenses es de origen extranjero. En cuanto a los científicos peruanos, se está poniendo en valor el potencial que han adquirido en el extranjero en beneficio del Perú. Sin embargo nos toca ofrecer las facilidades para que este proceso se convierta en una verdadera recuperación de talentos para impulsar la ciencia y la tecnología.

Tuesday, November 07, 2006

Días de mala educación

Si bien todo auto lleva noticias a Huaynacancha, también es motivo de recelo. En esta comunidad de la provincia de Huanta, en el departamento de Ayacucho, los alumnos de 3 a 5 años de edad creen que los vamos a vacunar. Odian las agujas y, al vernos bajar de la camioneta, huyen despavoridos. La maestra es menor que yo, pero la respetan más, así que reúnen a su grupo de 20 niños en un solitario salón rosado. Siciliana es la más pequeña y viste como su mamá, con un traje típico de falda y sombrero bordado de flores. "Enséñale tu lonchera", le pide July de la Cruz (25), en un quechua fluido. La miniatura de mujer saca de la manta una bolsa negra con tres papas sancochadas aun sin pelar. Ella no toma leche perlas mañanas. Sus papas prefieren usarla para el queso que luego pondrán a la venta.
En Huaynacancha viven 80 familias, pero solo 25 niños asisten a clases de educación inicial. Universo es uno de ellos. Tiene 6 años y a diferencia de Siciliana no usa un traje típico ayacuchano, él asiste al nido con un buzo raído. "Este Programa No Escolarizado carece de valor oficial. Por eso mis cinco años de trabajo no me dan opción de ganar alguna plaza del Ministerio de Educación", dice July, quien recibe 600 soles al mes. Su salario proviene de lo que recolectan los padres de familia y la ONG World Vision, dedicada a promover la Educación Inicial en zonas altoandinas.
PRECARIEDADES
En la sierra la educación se parece a una casa: sin buenos cimientos, todo lo que viene después se derrumba. Las cifras de la Dirección Regional Educativa de Ayacucho (DREA) confirman esa simpleza: de 50 mil niños entre 3 y 5 años de edad, apenas 24.549 asisten a instituciones educativas o programas infantiles comunitarios. No extrañan, entonces, las historias de niños que usaban los rompecabezas como carritos o los que no entendían cómo hacer bolitas de papel corneta. Siciliana y Universo, si siguen la primaria, podrán ser la excepción.
En Ayacucho, de cada diez personas, siete son pobres. El dato del INEI se queda corto si uno atraviesa la carretera que separa la ciudad de Huanta de Carhuahurán, uno de los centros poblados más castigados durante la violencia política de los años ochenta. Carlos Rúa, alcalde de Sivia, distrito huantino que colinda con la selva, busca sin descanso a siete profesores para la escuela de su pueblo. La ruta de ida a Huanta tarda seis horas. El alcalde no pierde el tiempo: saluda y se va.
Veinte minutos después, una curva con abismos despide un olor a leña quemada. La pachamanca, hay que decirlo, huele a trabajo. Las dos Yolanda que cocinan, de 20 y 24 años, cargan con sus hijos mientras colocan papas, ollucos y habas bajo el montículo de piedras calientes. Sus esposos y padres trabajan en el cerro de enfrente. "Yo solo llegué al tercer grado", recuerda la más joven. No entiende qué es la Educación Inicial. Tampoco sabe si matriculará a su bebé.
CARENCIAS
En Carhuahurán viven 150 familias, por la geografía parecen menos. Es un caserío de paso. La Plaza de Armas parece un tablero dibujado por casualidad. Para llegar a las dos aulas de primaria hay que trepar como cabra entre las piedras. "Digan ‘buenas tardes’, niños. Nuestros amigos periodistas de Lima han venido a conocer cómo vivimos", dice María Isabel Pérez Ruiz, la maestra frente a la pizarra. Los 44 chicos que se levantan curiosos tienen edades dispares, de 6 a l0 años. Este es el tercer grado y Laura Romero Quispe es la niña que tarda más en llegar a la escuela. Camina tres horas, siguiendo la estela de los camiones y el asfalto. Sale a las 4 de la mañana de Mamacceullaccocha. "Los niños tienen dificultades para aprender. Lo que debemos acabar en45 minutos demora a veces dos horas. Y su retención no dura más de un día", señala la profesora Pérez. Los libros y la escritura en castellano convierten en desilusión la aventura de ir al colegio.
FUERZA. Hay niños que recorren hasta tres horas para llegar a clases.
OLVIDOS
En las épocas de siembra y cosecha, la deserción escolar crece. Los padres, aunque reclaman educación, a veces solo pueden pensar en las papas que deben vender. Es la precariedad de la supervivencia. La profesora Maribel Castro ha sido destacada desde la selva y no se acostumbra al frío que le atraviesa los huesos a las seis de la tarde. Quiere ir se pronto. Otra que amenaza con detenerlas lecciones es la maestra Tania Lama. Le han encargado los 25 alumnos de primer grado cuando ella solo debería dictar clase para los 28 del segundo grado. "Esta profesora nombrada, Mónica Quispe, vive de licencia en licencia. Prácticamente hago de niñera, porque con 53 niños no puedo enseñar nada", sostiene. Los más chiquitos gritan, se mueven y se asoman por la ventana. Tania, acalorada, exige que se nombren más educadores.
La llegada de periodistas es casi tan extraña como la aparición de alguna autoridad. Un grupo de pobladores de Bramadero nos busca esa misma tarde en Carhuahurán. Se quejan en quechua y su frustración es un lenguaje de manos enérgicas. Antes de que Sendero Luminoso los despojara de todo, en Bramadero había un colegio. Hoy solo quedan unas cuantas aulas vacías. "En Huanta nos dicen que busquemos el número de la antigua escuela, pero no lo recordamos. El colegio fue quemado", dice Herminia Cayetano, una mujer que tampoco recuerda su edad ni tiene DNI. Como Herminia, la mayoría de adultos de Bramadero ha perdido hermanas, sobrinos y padres en la época del terrorismo. Tomo nota en mi libreta y el desencanto le arruga el rostro. No entiende lo que escribo. "Somos como ciegos. Tenemos ojos, pero novemos", se queja.
Partimos hacia Huaychao, una de las primeras comunidades ayacuchanas en reprimir la llegada de Sendero Luminoso. Es famosa por sus grupos de autodefensa formados por campesinos que, a su vez, eran licenciados del Ejército. Esteban Huamán Manzano tenía 23 años cuando en 1983, el 16 de enero para ser precisos, se ajustició a ocho terroristas, en respuesta a un ataque senderista en noviembre del año anterior. Esteban nos recibe en su casa de piedras y paja, a más de 4.000 metros de altura. La niebla ha convertido a Huaychao en una noche de ciegos. Apenas resplandecen los dos únicos postes de alumbrado público. "Diez días después, oímos los rumores de los periodistas asesinados en Uchuraccay. Ellos se hicieron famosos por matar periodistas y a nosotros el Gobierno no nos reconoce haber estado de su lado", reclama. Son las siete de la noche y todos pronto irán a dormir. Los pequeños Amilcar (5) y Noé (7) madrugarán para apoyar con las ventas de la feria. Como todos los viernes, llegarán tarde al colegio.
A las 8 de la mañana siguiente los alumnos van llegando por gotero. Arthur Valdivia, profesor de quinto y sexto de primaria, sabe que con las justas pueden dividir. Un padre de familia hace eco y se avergüenza de comentar el problema de sus hijos. "Los chicos no saben hablar, menos agarrar un lapicero. Somos agricultores y pedimos escuela para que ellos sean mejores que nosotros", comenta Marcelino Huamán, quien terminaría la escuela si hubiese un colegio secundario.
Treinta minutos después, el viaje acaba en Uchuraccay. Una cruz señala el terreno donde fueron asesinados los ocho periodistas, en 1983. También marca la zona campesina arrasada y las tierras que solo fueron recuperadas en 1993. "¿Para eso nos trajeron? ¿Para abandonarnos?", se pregunta el alcalde David Flores, máxima autoridad del nuevo Uchuraccay. No existe una escuela completa de primaria y el salón de Educación Inicial tuvo que ser cerrado porque el techo se está venciendo bajo el peso de las lluvias. No hay que remover mucho el tema para que se hable de terrorismo, postergación y olvido. El rencor es el caldo de cultivo.

"Casi el 60% de niños son hijos de las víctimas del senderismo o de los militares. Nosotros somos campesinos, no sabemos reclamar ni redactar bien los oficios, por eso no conseguimos que nos oigan", afirma Justiniano Soto, vecino de la zona. Elda Rivera, directora de la UGEL Huanta, precisa que la demanda educativa para el 2006 es de 135 profesores: 101 para la zona rural y 34 para la zona urbana. La actual solución no es muy sensata: se traslada a los profesores de una zona altoandina a otra, sin aumentar el personal. Es decir visten aun santo con la ropa de otro. "Si la gente del Estado, que está en sus escritorios, viera la realidad de estos niños..., pero aquí nunca llegan", se excusa. La ONG World Vision asesora a quienes hacen los reclamos y saben que los cálculos del Ministerio de Educación palidecen con la realidad. Ellos aseguran que, en realidad, se necesita 93 maestros en apenas tres distritos: Santillana, Sivia y Huanta.
Mientras los papeles se entrampan y el dinero no llega, otro niño ayacuchano se queda sin aprender a leer, en las tinieblas de la ignorancia y masticando el resentimiento de sentirse solo. Precisamente allí donde los parajes bucólicos alguna vez se tiñeron de violencia.
Llegan al primer grado con las manos duras. Hay niños de cuarto de primaria que no saben coger bien un lápiz
TRAJÍN. Algunos juegan, pero más de la mitad de estudiantes debe trabajar.
OBSTÁCULOS. Muchos dejan las clases para la siembre y cosecha.
SEPA MÁS
· En la región Ayacucho existen 2.727 centros educativos. El 65% de ellos es de educación primaria; el 17,1 % es centro de educación inicial; el 13% ofrece educación secundaria.

· El índice de Desarrollo Humano que alcanzan los 561.029 habitantes de Ayacucho es 0,50. Esto los coloca en el puesto 20 en el ránking nacional, según el Informe del PNUD/Perú 2005.